puerta carmona
PUERTA DE CARMONA
La Puerta de Carmona de sevilla era una de las puertas de entrada al antiguo recinto histórico y amurallado de la ciudad, siendo su principal acceso por el barrio de San Bartolomé .
Se sabe que la Puerta se encontraba al final de la calle San Esteban en la confluencia entre la de los tintes y la del Moro de los Navarros, en lo que actualmente es la calle puerta Carmona. El lienzo de muralla del que arrancaba todavía es visible en un pequeño callejón lateral.
La puerta como tal ya debía existir en la época romana, como parecen demostrarlo los hechos de que en ella acababa el “decumano maximus” que partía del foro, y que desde ahí se iniciaban las distintas vías que partían hacia Málaga ,Granada o los Alcores.
Era la puerta más importante de cuantas se en contaban al este de la ciudad, y hasta ella llegaban los conocidos como Caños de Carmona , una conducción de agua que acababa en un gran depósito en el interior de la muralla que estaba junto a la Puerta, desde donde se distribuía hacia distintos barrios del interior.
Por esta entrada llegaban a diario grandes partidas de pan, trigo, hortalizas y vino que salían de los Alcores para ser vendidas en la Alhóndiga o en el mercado del Salvador.
Debía ser de acceso directo y estar enmarcada entre dos torres, como correspondía a las entradas principales.
Como tantas otras, sufrió distintas adaptaciones y remodelaciones, siendo muy transformada en la reconstrucción finalizada en 1578 bajo el mandato del asistente Conde de Barajas, de la cual quedó constancia en la placa colocada en la fachada.
Se
sabe de la autoría de las trazas de la reforma realizada por Asensio
de Maeda, por entonces “Maestro Mayo
r” de las obras de Sevilla, y
que debieron extenderse hasta 1586, dando lugar a una nueva puerta
con un aspecto ya muy evolucionado, próximo a la estética del
barroco del Siglo XVIII.
Con dos cuerpos de altura, la reforma le otorgaba a esta puerta una estética Tardoren acentista que incluía un primer cuerpo almohadillado hasta el entablamento , y se coronaba por un frontón curvo partido, enrollado a modo de volutas, donde se incluían las armas reales.
La Puerta fue derribada junto con las del Osario y de San Fernando en diciembre de 1868.
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