EL POSTIGO DEL ACEITE
Es uno de los tres únicos accesos de la muralla de Sevilla que se conservan. Está en el barrio del Arenal, en la zona del antiguo Puerto de Indias, entre las calles Dos de Mayo, Arfe y Almirantazgo, lindando con las Reales Atarazanas.
Se construyó en el año 1107, en tiempos de Ben Yusuf. Los musulmanes lo llamaban "Bab-al-Quatay" (puerta de barcos), debido a su proximidad a las atarazanas, donde se construian las naves.
Tras la Reconquista se la llamó "Puerta de la alfóndiga del azeite"; desde el año 1255 se conoció como "Puerta de la aceituna" , y a partir de 1402 "Puerta del aceite", ya que era por donde entraban estos productos en la ciudad. También se le conoció como "Postigo de las Atarazanas".
La primitiva puerta se cree que estaba enmarcada por dos torres y un postigo acodado que desapareció en el siglo XIII cuando se construyeron las atarazanas.
En el interior, sobre el arco, hay una representación , en piedra labrada, de San Fernando con los obispos San Isidoro y San Leandro, rematando el conjunto una especie de frontón con cabeza de ángel en el tímpano y
jarrones con flores El conjunto se remata con merlones de capuchón. Es el escudo de armas de la ciudad, y se atribuye a Juan Bautista Vázquez, el Viejo, que por esa época vivía en las cámaras de la bóveda del Postigo. Debajo, una lápida da fe de la reforma de Tortello.
Por fuera del arco, desde la calle Dos de Mayo , a la derecha , hay un magnífico azulejo de la Piedad del Baratillo, con el Cristo de la Misericordia, de los años 40 del siglo XX, obra de Alfonso Chaves. Este Cristo fue el primero en procesionar por esta zona durante la Semana Santa.
Por esta parte del Arenal, el Postigo está adosado con las Atarazanas. Esta fachada está muy modificada (desde el siglo XVI), Presenta un gran vano escarzano apoyado en una pilastra, flanqueado por otra pilastra en el lado derecho, ya que en el izquierdo se funde con las Atarazanas. Sobre el vano hay 3 medios pilares rematados en bolas unidos por dos antepechos cóncavos. La puerta está pintada de blanco por el lado de la ciudad, y color albero en el interior del vano.
Las puertas y postigos de Sevilla eran de propiedad privada, al menos desde 1588, cuando Fernando Enríquez de Ribera, Duque de Medinaceli, compró el alguacilazgo mayor de Sevilla por 160.000 ducados, teniendo desde entonces derechos sobre ellas, y cobrando tasas por su utilización para la entrada y salida de productos.
Cuando en 1866, el Ayuntamiento acordó el derribo del Postigo del Aceite, se dirigió al Duque, ordenándole el desalojo de la vivienda existente en la parte alta del Postigo de su propiedad. El Duque se negó a cumplir el mandato municipal y entró en pleito hasta lograr el aplazamiento de dicho derribo. Una demora que se hizo eterna. Por esto el Postigo sigue en pie, gracias a Luis Tomás Fernández de Córdoba y Ponce de León, Duque de Medinaceli.
El Lunes Santo de 1999 falleció ahí un costalero de un infarto al grito de " Al cielo con El ".
Comentarios
Publicar un comentario