LA TORRE BLANCA.
Es una torre defensiva fortificada de origen almohade. Se construyó entre los siglos XII y XIII en la zona norte de la ciudad, formando parte de las defensas del tramo de muralla que unía la Puerta de la Macarena y la Puerta de Córdoba. Está situada frente al Hotel Macarena.
Es de planta octogonal y fue construida con argamasa y ladrillos. Estaba pintada de blanco, de ahí su nombre. Es la de mayor tamaño de las torres de la muralla que rodea la ciudad. En su interior había buenos aposentos en dos cuerpos o plantas abovedadas.
Aunque fue derribada parcialmente durante la Revolución de 1868, es la única que conserva su paño de muralla.
También es conocida como "Torre de la tía Tomasa", porque durante un tiempo sirvió de refugio a indigentes y a personas de poco recursos, y la tía Tomasa fue una de ellas, ya que vivió en la torre, durante un tiempo, en el siglo XIX.
Cuenta una leyenda que también fue refugio del diablo Rascarrabia, que se transformaba en mono y emitía unos aullidos que asustaban a la gente del barrio.
Otro famoso habitante fue el duende Narilargo, que recorría todas las noches el adarve (camino situado en la parte alta de las murallas) y lanzaba piedras a todo el que pasaba por allí.
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